Esta mañana he salido de casa un poco mas arreglada, pues la ocasión lo merecía, me he puesto los zapatos que guardo y he cogido el metro, a la salida noto que no camino cómoda, molesta miro hacía abajo y lo que encuentro es la parte del talón toda destrozada, mi temor es no llegar, además del sofoco de ir con el calzado tan deteriorado.
Cuando llego a la consulta del médico (pues era a ese menester, donde me dirigía) observo el destrozo y al primero se ha unido el segundo zapato, de nuevo me planteo como volver y si resistirán hasta llegar a casa, pues se van deshaciendo por segundos, a esta incertidumbre se une mi malestar por la mala calidad de los materiales que se emplean, estamos en unos tiempos que todas las empresas tratan de abaratar costes y los usuarios padecemos las consecuencias, pues los precios suben y la calidad baja.
Esta es la similitud con el cuento, la pérdida del zapato
Magaba
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